• Carlos Gallego es nuestro director de Desarrollo y Grandes Cuentas, ha participado en una entrevista en Revista Funeraria, uno de los medios más destacados del sector.
• Debajo encontrarás algunas de las preguntas más interesantes.
• Puedes leer la entrevista completa en el archivo PDF.

¿Por qué es tan necesario contar lo que pasó y que la sociedad pueda conocer de primera mano la labor que desempeñan los profesionales del sector funerario?

Por un lado, además de aprovechar la posibilidad que se nos brindó para poner en valor la labor funeraria, creo que es importante contar lo que vivimos para no permitirnos olvidar lo que pasó. En este sentido, recordar debe servirnos para ser conscientes de la amenaza que supone el virus y, sobre todo, para redoblar esfuerzos en la prevención y en el cumplimiento de las medidas dictadas por las autoridades sanitarias.

Por otro, como ya he mencionado, hablar sobre lo que vivimos me dio la oportunidad de reconocer públicamente el inquebrantable compromiso del sector funerario con la sociedad en su conjunto. Durante los meses más complicados, mis compañeros dieron lo mejor de sí para atender y acompañar a familias que habían perdido a un ser querido en unas circunstancias tremendamente difíciles.

¿Hay algún momento de los que vivió, como muchos otros de sus compañeros, y que quiera compartir con los lectores y que le marcase de algún modo de forma especial? (señora confinada que pidió que el coche fúnebre parase ante su casa para despedir a su marido desde la ventana...)

Ha habido muchísimos momentos de emociones muy intensas. Todos mis compañeros del Comité Ejecutivo, nuestro CEO el primero, todos los compañeros que se desplazaron voluntariamente hasta Madrid, los que estaban de servicio y todos los que han estado al frente de su responsabilidad desde el minuto uno durante 2 meses, podrían contar infinidad de situaciones que nos marcaron de manera especial; no muy diferentes a las vividas por los miles de compañeros funerarios de toda España. En lo personal, he llorado de pena, por el dolor ajeno. Las entregas de cenizas a domicilio, los traslados a cementerios en los que únicamente podían estar dos familiares, el dolor sin acompañamiento, las despedidas sin ritual y en la más absoluta de las soledades, los fallecidos en el Palacio de Hielo, la resistencia al abatimiento y la superación diaria de las dificultades. Comprender el dolor de las familias por la falta de información, superarlo y, aun así, recibir su reconocimiento una vez resuelta la incertidumbre. Ponerse en el lugar de quien sufre, comprender su desasosiego y resolver cada momento de inquietud y duda. Eso es lo que nos ha marcado a todos los profesionales funerarios cada día.

¿Cómo se logra consolar a todas esas familias que perdieron a un ser querido y no pudieron velar ni celebrar una ceremonia de homenaje al difunto en sus instalaciones durante el confinamiento?

Es un escenario muy complejo. Ten en cuenta que, además de no haber podido despedir a su familiar, en muchos casos tampoco han podido despedirse; es decir, hubo numerosos en los que, si el fallecido estaba aislado -en un hospital, por ejemplo- esos últimos momentos sus seres queridos no pudieron estar con él. Eso generó en ellas cierta sensación de culpabilidad y frustración que, si no se logra sustituir de manera progresiva por otras emociones, puede desembocar en una complicación en el proceso de duelo.

Así que, teniendo esto muy presente, intentamos ofrecer, a posterior, la posibilidad de realizar ceremonias que les permitieran rendir homenaje a sus familiares y cerrar de una manera más ‘saludable’, esa experiencia tan intensa y difícil. En paralelo, además, pusimos a su disposición el servicio gratuito de intervención psicológica en duelo que gestionaba el Colegio Oficial de la Psicología.